martes, 8 de junio de 2010

La tempestad


Hoy no puedo más que cederle el post a un escrito que he redescubierto de entre la hojarasca que acampa en el escritorio, y que se reproduce con preocupante ligereza a cada paso que doy. Tendré que echarle un vistazo a wikipedia y leer sobre lo de un tal Diógenes…

El escrito no representa un problema para los que hoy vayan de culo. Su extremada delgadez responde a las bases del concurso de literatura hiperbreve ‘Pompas de papel’, y poco o nada se parecen a su anterior ‘La joya en el laberinto’, en la que la densidad por párrafos de la misma hizo pensar a más de uno que había regresado Unamuno.

No se llevó el premio.

Pero al talento nunca le falta premio.

Para Shakespeare, la brevedad representaba el alma del ingenio.

Para Nacho fue un desafío el ser capaz de condensar una historia brillante en un formato para jíbaros.

He aquí el legado su obra hiperbreve, un tesoro en miniatura del que el aquí presente no tuvo otra que sacarse el sombrero.

Y como va de estrecheces, pequeñeces y otras (h)eces, nada mais, por mi parte chapó y ahí tenéis la joya.



La Tempestad


- Siento que se acerca mi hora –dijo.

- ¡No digas eso! No puedes abandonarnos. ¿A dónde irás? –le preguntaron con angustia.

- Sólo sé que debo marchar. Partiré con las olas, guiado por las mareas. Es más que un deber: es mi obligación. Lo hicieron nuestros padres, y los padres de nuestros padres. Tal vez nos encontremos en algún lejano lugar, hermanos. Marcho ahora. Ánimo. ¡Sed fuertes!

- ¡Larry! –le gritaron.

Era tarde. El coco cedió a la gravedad y cayó al mar. Reflotó, y lentamente se dejó llevar por las olas. Pero no se había alejado aún unos metros cuando le gritaron desde las alturas:

- ¡Cuidado, Larry! ¡Es la gran ola de la tempestad!

Y Larry terminó en la costa, entre su madre y su padre, y nunca más les abandonó.



Por Nacho del Soto

Domingo, 18 de septiembre de 2005

3 comentarios:

  1. Quien mejor para presentar a Nacho, carabirubí, que tu mismo. Siempre dije que vosotros dos teníais un nexo de unión que aun no me se explicar, pero espero comprender algún día. Sois unos adelantados a vuestro tiempo y desde aquí animo a Nacho para que vuelva a deleitarnos con "su diarrea mental" en forma de blog.
    "Dentro de todos y cada uno de nosotros hay un verdadero y auténtico swing. Algo con lo que nacemos, algo que es nuestro y solo nuestro. Algo que no se puede enseñar ni aprender. Debemos mantenerlo vivo. Con el paso del tiempo el mundo puede robarnos ese swing y queda enterrado en nuestro interior bajo todos nuestros "habría, podría, debería". Hay quien llega a olvidar cual era su swing..." (Bagger Vance).

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  2. leí esto por casualidad,

    ¿Al final nadie salió de la isla? ¿Nadie partía con las olas, las mareas no guiaban, retornaban?

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