martes, 25 de mayo de 2010

Tim, hijo de un web menor


Las navidades pasadas, a Tim Berners-Lee se la jugaron en Internet. Cuando leí la noticia pensé que había pringado otro incauto con nombre de modelo de pies de New Jersey, nada más.

Según apuntaban en el artículo, el tipo tampoco había perdido mucho dinero. “La empresa en Internet parecía de fiar y resultó ser completamente falsa. Veo difícil recuperar el dinero, aunque no era demasiado”, señaló el afectado en una entrevista que había ofrecido al rotativo británico The Sunday Telegraph.

Un suceso como éste, que deben ocurrir a diario a toneladas, no hubiese dado tanto juego de no haber sido quien es. Para los de letras, para los no iniciados, o incluso para el 99% de la población, este nombre pasaría completamente desapercibido si no nos dijesen que se trataba del creador de la World Wide Web (www).

Sí. Al padre de la criatura se la dieron con queso, y ni se enteró. Lo traumático del caso no ha representado la pérdida del dinero, sino la estocada al honor. Y es que, como canta el refranero, darle castañas al castañero, tiene salero.

Algo así como dicen que le sucedió al doctor Guillotin con su invento, pero perdiendo unos dólares por el camino en lugar de la cabeza. Basta que inventes algo para que los elementos y los desgraciados te hagan arrepentirte de tus logros.

En Internet ocurre lo que en las noches de farra, que todo vale. Trileros hay en todas partes, e Internet, que puede ser un paraíso pero también un infierno, es un medio más en el que también habitan las alimañas y los miserables que buscan aprovecharse de la buena fe del resto.

Pero claro, si esto le pasa al capitán webs, al gepeto del mundo virtual, ¿qué no nos podrá pasar al resto?

En España, uno de los países seguramente que menos utilizamos Internet para comprar junto con Botswana y Fiji, según datos de febrero del 2010, hemos pasado del 5.5% al 15.7%. El principal motivo que argumentan los españoles para no comprar en Internet es la preferencia de hacerlo en persona en un establecimiento tradicional. Para qué negarlo; somos hijos del bar de la esquina, del colmado de la Juani y del chino con todo a cien, y eso de darle bola a Internet nos queda muy lejos. Cada país avanza a su ritmo, y nosotros hace tiempo que vamos con palos en las ruedas.

O a lo mejor es precisamente por eso por lo que no compramos vía Internet, porque somos lo que somos, unos manguis de cuidado, que aquí cuando te has dado la vuelta te han dejado en pelota picada; y como no nos fiamos ni de las ostia que dan en misa, menudo unos para ir dando el número de la tarjeta a cualquiera…

Tim Berners-Lee, mucho invento y mucho Oxford, pero nos la han dado como al resto. Esto es la jungla, Tim, y como dicen por aquí, dar gato por liebre, no sólo en las ventas puede verse.

Muchos emoticonos con sonrisas y ciberánimos para Tim.

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